Poniendo atención a la diversidad de las personas en cuanto a su edad, género, cultura, capacidades físicas, sociales, mentales y emocionales, así como el cuidado del planeta.

En la medida que los seres humanos somos interdependientes y que necesitamos los cuidados a lo largo de nuestras vidas, necesitamos poner los cuidados en el centro para sostener la vida. No solo valorándolos, sino posicionándolos como una dimensión fundamental de la política pública y de la economía.

Por todo ello, queremos motivar la creación de espacios públicos más habitables que fomenten la participación, las relaciones interpersonales saludables y alianzas multisectoriales.

Sólo de manera armónica y colectiva podremos trabajar por el bien común y el cuidado colectivo, reduciendo la discriminación y los prejuicios sociales para lograr una buena convivencia y bienestar social. Para ello, es imprescindible impulsar redes que trabajen por la corresponsabilidad social para asentar las bases de una organización social justa y sostenible, y poder luchar, entre otras cosas, contra la soledad no deseada, fruto directo de las sociedades actuales tan individualistas.